El estudio.
Una actitud pasiva en el estudio es altamente perjudicial, ya que limita enormemente el rendimiento y exige muchas más horas que una actitud activa, para lograr en el mejor de los casos los mismos resultados.
Es preciso saber que estudiar no se reduce a leer.
En primer lugar hay que asegurarse la atención y reducir en todo lo posible las ocasiones externas de distracción.
Primeramente al comenzar al estudiar debemos formarnos una idea global general a la pregunta ¿de qué se trata esta lección?

A continuación es fundamental descubrir la estructura de esa unidad, distinguiendo lo principal de lo secundario y examinando la conexión que tienen entre sí las diversas ideas. O sea, al estudiar es fundamental distinguir es estructura: ante todo descubrir cuál es, o cuales son las ideas principales. Una vez descubiertas éstas, ver cómo son explicadas, probadas o aclaradas por medio de ideas secundarias. Con ello conoceremos las estructura interna de lo que estudiamos y tendremos algo que podríamos llamar el esqueleto.
Para dicha estructuración es recomendable dos sistemas: el subrayado y el esquema. El subrayado presupone como condición que el libro utilizado sea nuestro. ES IMPORTANTE SUBRAYAR POCO. Un subrayado continuo o cuasicontinuo es prácticamente inútil. Se deben subrayar las frases o palabras que contienen ideas importantes. Se recomienda jerarquizar el subrayado, del modo que las ideas principales estarían subrayadas de una forma y las secundarias de otra.

El mejor medio para descubrir la estructura de lo que estamos estudiando es el esquema o guión, siendo una de sus características fundamentales la brevedad.
Una vez que hemos comprendido la materia que estamos estudiando y por medio de subrayados o de esquemas hemos descubierto y fijado instintivamente su estructura, es el momento de aprenderla. Aprender es fijar en la memoria lo ya entendido y organizado, ya que la memoria recoge y retiene mucho mejor y con menos esfuerzo lo que previamente se ha entendido.
A la hora de memorizar es preferible aprender y retener ideas y no frases.
Por otro lado, la memoria de cada persona suele tener características diferentes. En unos predomina lo visual, y les ayuda para retener un tema, recordar la estructura gráfica del esquema. En otras predomina lo auditivo y en el proceso de memorización les conviene tal vez actuar en voz alta o esbozar la pronunciación. En todo caso será necesaria una fuerte concentración activa. En resumen, la memorización debe ser dinámica y activa.
La última fase del proceso de estudio es el control, con un doble sentido: control de compresión y control de retención.